sincronías
salí para allá tranquila
aquí ni quién oiga
ni a quién le importe
todos corren
(hacia ningún lado)
conduzco
dejo atrás la estupidez y la arrogancia
que me ponen el cuello duro
aunque duermo rico
gracias al tril-rivo-tril-rivo-tril-rivo-tril
fumo mucho
y sueño
hoy
con un bebé elefante que parecía humano
viejo, a punto de morir
balbuceó una señora parada junto a una fuente
lo saqué de la cajonera donde estaba guardado
envuelto en suave carmín
y lo llevé a casa
Alfonso
de ojos azules vidriosos
triste
pero viejo no
asumí que le dolía su pancita
¿veterinario o pediatra?
mmm...
recordé que mi padre era doctor
y apareció feliz por mi hijo
con tus cuidados estará bien;
no tiene nada.
solo que mija, es...
¡Alfonsina!
reímos tanto
¿cómo no me percaté?
según esto ya lo/la había bañado
y al mirar su vulva descubrimos unas diminutas cabezas
labradas sobre su piel
(la cajonera donde la encontré también las tenía)
cada cabeza una raza humana...
mi hermosa bebé sonrío y sus ojos brillaron
la abracé fuerte
(fue gozoso)
desperté
emprendí el viaje
de aquí para allá
medité
e interpreté las señales
pensé en mi trabajo, me crucé con mi password
pensé en mi padre, atravesé San Bartolo
allá
el jazz
la compañía
la decencia
y la cerveza
(la estupidez, es por demás...)
habíamos de todos colores y sabores
como los de la cajonera y la vulva
a gusto
pedimos otra jarra de chela
ya no hay
nos traen botellas
un músico tumba la mía
no importa
y estiré su larga y lacia cabellera
Pablo
la repuso y se sentó junto a mí
rozó mi cara suavemente con su mano haciéndome reír
concluía el jazz
para deleite de todos sacó unas flautas de su mochila
seguidas por,
¡Alfonsina!
diminuta se manifestó
encarnada en plástico y pintura de plomo
tiene el carmín en su cabeza y los ojos azules
está sonriente tal como la dejé
soñé con ella le dije a Pablo
me la entregó
el psicólogo que conocí momentos antes también se llama Pablo
y está perdidamente enamorado de Lourdes...
yo
(con Alfonsina en el tablero)
igual regresé meditando
aquí o allá
en realidad quiero quedarme inmersa en las maravillas
soñando
deconstruyendo la realidad
capoteando la arrogancia
peleando a la estupidez
atenta a las señales
que iluminen mi camino
aquí ni quién oiga
ni a quién le importe
todos corren
(hacia ningún lado)
conduzco
dejo atrás la estupidez y la arrogancia
que me ponen el cuello duro
aunque duermo rico
gracias al tril-rivo-tril-rivo-tril-rivo-tril
fumo mucho
y sueño
hoy
con un bebé elefante que parecía humano
viejo, a punto de morir
balbuceó una señora parada junto a una fuente
lo saqué de la cajonera donde estaba guardado
envuelto en suave carmín
y lo llevé a casa
Alfonso
de ojos azules vidriosos
triste
pero viejo no
asumí que le dolía su pancita
¿veterinario o pediatra?
mmm...
recordé que mi padre era doctor
y apareció feliz por mi hijo
con tus cuidados estará bien;
no tiene nada.
solo que mija, es...
¡Alfonsina!
reímos tanto
¿cómo no me percaté?
según esto ya lo/la había bañado
y al mirar su vulva descubrimos unas diminutas cabezas
labradas sobre su piel
(la cajonera donde la encontré también las tenía)
cada cabeza una raza humana...
mi hermosa bebé sonrío y sus ojos brillaron
la abracé fuerte
(fue gozoso)
desperté
emprendí el viaje
de aquí para allá
medité
e interpreté las señales
pensé en mi trabajo, me crucé con mi password
pensé en mi padre, atravesé San Bartolo
allá
el jazz
la compañía
la decencia
y la cerveza
(la estupidez, es por demás...)
habíamos de todos colores y sabores
como los de la cajonera y la vulva
a gusto
pedimos otra jarra de chela
ya no hay
nos traen botellas
un músico tumba la mía
no importa
y estiré su larga y lacia cabellera
Pablo
la repuso y se sentó junto a mí
rozó mi cara suavemente con su mano haciéndome reír
concluía el jazz
para deleite de todos sacó unas flautas de su mochila
seguidas por,
¡Alfonsina!
diminuta se manifestó
encarnada en plástico y pintura de plomo
tiene el carmín en su cabeza y los ojos azules
está sonriente tal como la dejé
soñé con ella le dije a Pablo
me la entregó
el psicólogo que conocí momentos antes también se llama Pablo
y está perdidamente enamorado de Lourdes...
yo
(con Alfonsina en el tablero)
igual regresé meditando
aquí o allá
en realidad quiero quedarme inmersa en las maravillas
soñando
deconstruyendo la realidad
capoteando la arrogancia
peleando a la estupidez
atenta a las señales
que iluminen mi camino
que te fumaste? ntc.
ResponderEliminarHace poco escribi algo sobre la incoencia, dime que te parece...?